El Alcázar de Segovia

Es la casa fuerte más conocida de la Muralla de Segovia. Probablemente en la época romana ya había una edificación en el mismo lugar, pues se han encontrado sillares de granito similares a los del Acueducto.

La primera vez que el Alcázar aparece en un documento escrito es en el siglo XII, aparece como fortaleza y castillo de Segovia, lo que demuestra que se trataba de un edificio militar, concebido para la defensa de la ciudad.

En el siglo XV pasa a ser un edificio institucional, custodia el tesoro y la armería real, y el archivo del reino. Es en este momento también cuando se llevan a cabo obras de ampliación y decoración del edificio: Juan II manda levantar la torre que lleva su nombre, y su hijo Enrique IV añade ornamentación en el exterior del edificio. De esta manera pasa de ser un edificio estrictamente militar, a ser una de las residencias preferidas de los reyes.

Los Austrias a penas utilizaron el edificio, que más adelante pasó a ser prisión de estado.

En 1762 Carlos III fundó en Segovia el Real Colegio de Artillería, que permaneció en el Alcázar hasta el 6 de marzo de 1862, fecha en la que un incendio convirtió en ruina el edificio, y así se mantuvo hasta 1882, año en que comenzaron las obras de reconstrucción del mismo. A partir de este momento, y hasta la actualidad, el Alcázar acoge el Archivo General Militar.